La hora bruja
Ya desde pequeñita me gustaba observar a los mayores y como siempre he tenido una imaginación muy desarrollada, me inventaba historias sobre las personas que conocía pero sobre todo disfrutaba mucho mas si no tenia relación alguna con ellos me podía hacer un guión mas a mi gusto.Ahora que hace ya algún tiempo que deje la niñez, cuando viajo en tren autobús o metro, lo sigo haciendo, la diferencia es que ahora cuando miro a las personas a los ojos algunas me trasmiten tanta tristeza tanto cansancio en esas miradas a veces perdidas que miran sin ver, que no tengo mas remedio que mirar hacia otro lado. Por el contrario hay otras que sus facciones me producen un cierto escalofrío (miradas desafiantes como si solo ellos estuvieran en poder de la verdad, y el resto equivocados) con el ceño fruncido, trasmiten malas vibraciones.......Afortunadamente siempre siempre, acabo poniendo mi mirada en unos ojos que me tramiten serenidad, entonces se establece una comunicación no verbal y me voy imaginando ¿como seria una conversación con esa persona? ¿tendríamos muchos puntos en común? Por ultimo poso mi mirada sobre otra limpia clara, que al percatarse de la mia me responde con una sonrisa de complicidad que no puedo por mas dejar de mirarlo y es.......la mirada de un niño y entonces llega mi estación, tengo que bajar.
Mañana será otro dia.
Mañana será otro dia.
Comentarios
Publicar un comentario